La compasión por los demás es un camino hacia la salud y la felicidad. Aunque el principio básico del budismo puede parecer paradójico a los egocéntricos occidentales, recientemente se publicó un estudio que sugiere que éste tiene una base fisiológica real. Un estudio publicado en el Diario de Psicología Social Experimental, encontró que las mujeres compasivas son extremadamente receptivas del apoyo emocional que otros les ofrecen, lo que amortigua los efectos nocivos para la salud del estrés psicológico. Un equipo de investigación dirigido por el psicólogo Brandon Cosley de la Universidad de Maine, llevó a cabo un estudio con 59 residentes en San Francisco, todas mujeres blancas con buen estado de salud. Cada una llenó una encuesta en la que calificó su grado de acuerdo con una serie de declaraciones relacionadas con la compasión, tales como: “es importante cuidar a las personas.” Una semana más tarde o más, las mujeres participaron en una sesión de laboratorio en la que se les pidió realizar una tarea estresante: Dar un largo e improvisado discurso de cinco minutos ante dos evaluadores. Antes, durante y después, monitores midieron tres indicadores físicos de respuesta al estrés de sus cuerpos: su presión arterial, el nivel de cortisol y la variabilidad de alta frecuencia del ritmo cardíaco. La mitad de las mujeres fueron asignadas con condición de apoyo: Los evaluadores asintieron y sonrieron durante toda su presentación, e interrumpieron después de 30 segundos para decirles que iban bien. La otra mitad experimentó la condición neutra, en la que los evaluadores no proporcionaron comentarios, salvo para volver a exponer las instrucciones. Para aquellas que recibieron apoyo social (es decir, el asentir y sonreír), “mayor fue su compasión (según lo medido en la prueba anterior), menor fue su presión arterial sistólica y diastólica, menor fue el cortisol, y más alta la variabilidad de alta frecuencia del ritmo cardíaco durante la tarea de expresión”, según informan los investigadores. Por el contrario, para aquellas que no recibieron el apoyo social, no hubo ninguna relación entre la compasión y la reducción de las reacciones de estrés físico. El efecto del amortiguamiento del estrés parece ocurrir sólo cuando una persona siente y recibe compasión - un círculo virtuoso al que el cuerpo responde en forma positiva. Una de las limitaciones evidentes del estudio es que sólo se observó a mujeres. “Las mujeres pueden responder a factores de estrés de manera diferente que los hombres”, reconocen los investigadores. Además, señalan que “a la larga, dar apoyo a otros puede estar asociados negativamente con la salud; si ese apoyo no es, o no puede ser correspondido” - por ejemplo, en el caso de cuidar a un familiar enfermo. “Sin embargo”, concluyen, “nuestros datos dan credibilidad a la creencia del Dalai Lama, que la compasión por los demás en última instancia, puede servir para beneficiarnos, sobre todo cuando la compasión es correspondida por otras personas en situaciones de estrés.” Apunta a una prescripción potencialmente poderosa para enfermedades relacionadas con el estrés: Siente preocupación genuina por el bienestar de dos personas y llámame por la mañana.
FUENTE: INTRAMED http://www.intramed.net/conten
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